jueves, 26 de junio de 2014

Actualización.

Estoy consciente que la entrada a este blog ha sido bastante apresurada, pero este será el blog definitivo de Sumergido En Alquitrán, todas las historias escritas por mí (José) serán publicadas aquí, y no en blogdiaro.com, me parece que Blogger es mucho más facil de manejar, y aunque ya me he dado de baja en blogdiario.com, los resultados de ese blog siguen apareciendo, pero no será usado más por mí.
Otra cosa que quería aclarar a mis lectores (no es que sean muchos) es que yo publico sin ningún tipo de horario, pero si mencionare proyectos notables que estén en cola. Ahora mismo estoy maquinando una serie de historias que van con el nombre temporal de "CRÍMENES" no daré muchos detalles porque ni yo mismo los sé, pero si quiero lograr hacer una serie de escrituras más larga que Nuit o Aguas De La Incertidumbre antes de seguir con otras cosas más pequeñas, no sé cuanto tiempo me llevará.
Bueno, eso es lo que queria comentar, no tengo más nada en mente hasta ahora, (el blog solo lleva un día de hecho, Dios.) más que eso, así que nos veremos en la próxima publicación. 

Oh, y si me van a insultar o tienen opiniones propias:

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Lluvia.

La negrura.
Las nubes que se agrupan en el cielo a vernos con tristeza, mirando hacia abajo con decepción a lo que nosotros mismos hemos creado. Lo único que nos merecemos es obscuridad.
El sol se esconde de nosotros, sabiendo que ya no es el símbolo de vida que solía representar, solo se le conoce por la luz que produce, nadie duda de su aparición, pero se sorprenden con su escondite. 
En la noche, la corte de estrellas nos observa con prejuicio, juzgan todo movimiento, no se les escapa nada. Poco a poco van muriendo, dejando su brillo. Detrás de las nubes, más allá de la luna, que tiene un semblante aburrido, no se sabe qué pasa cuando se voltea a la obscuridad.
El rugido y las centellas.
A lo lejos, el eco  de la tempestad llega, como una bestia, advierte a su presa de su llegada, llamando a la tormenta inevitable.
En el cielo, las luces estrambóticas de un escenario de gotas se proyectan para el acto, no se controlan y dejan salir su emoción en forma de rayo.
El rugido conmociona el escenario, solo al tercer  grito más cercano, el acto empieza, y el suelo de las nubes cede, precipitando el diluvio gris y transparente.
Aqua.
El diluvio ve su objetivo, y se deja caer hacia él, en la distancia, gotas solitarias encuentran una pareja para caer juntas y deshacerse, unas en la piel de las personas atribuladas, otras en personas indiferentes de la vida, otras en personas que aman y esperan la llegada de la lluvia. Otras solo sufren el destino de chocar contra el pavimento.
Lentamente, el aire se limpia de nuestros valores y antivalores, se limpia de toda la humanidad. El viento se asquea de nosotros, por lo mismo es invisible; no quiere que las personas incorrectas vean su color real, aunque si se presenta enfrente de quién elige.
El agua negra es solo para los dignos de ella, nos deja ver lo que somos realmente en su reflejo, dicen que el agua pura y cristalina es solo un mito. El mar posee el agua pura, es la lluvia que dejo de creer en la gente y empezó solo a preocuparse por sí misma.
Se pregunta porqué corren de ella, aunque es hermosa, ama lo que no puede tener y que le hace daño, como todos nosotros. Es una terca.
La lluvia es la única personificación que se ama, en una seguridad triste, se admira con una hermosa melancolía.

Estrella de la noche.



Dos almas solitarias que se encuentran en un paradigma de la noche que nunca cambia, cuyo paisaje es la noche estrellada de una ciudad bulliciosa en silencio, por primera vez.

Dos almas desconocidas tanto de si mismas como una de la otra, nunca se han visto o se han escuchado, aún así, se conocen.

Dos almas heridas por la vida, y sus habitantes, heridas del amor, heridas de la soledad, heridas del miedo.

Dos almas que se ven la una a la otra y saben que el destino o algo más supersticioso los ha unido en el paradigma nocturno.

Dos almas que saben que se pueden ayudar una a la otra, que un desconocido es la mejor opción para compartir sus problemas.

Dos almas que se limitan solo al habla, sin ninguna clase de apariencias o sonidos más que la vista de las letras en el vacío que cada una produce.

Dos almas que se leen y se revelan ante tan poca información de si mismas.

Dos almas que se asimilan la una con la otra, que se comprenden y a la vez son diferentes.

Dos almas que ya no sienten la hipotermia de la falta de calor humano.

Dos almas que se encuentran tan cerca como si se pudieran mezclar y desaparecer en el fondo de un mar oscuro.

Dos almas que por primera vez se sienten cómodas y sin ningún tipo de presión externa.

Dos almas que se ríen de ironías de la vida que solo ellos entienden.

Dos almas que se empiezan a mover por el paradigma nocturno, sin ni siquiera preguntarse en donde están o qué hora es.

Dos almas que no se cansan de la compañía de sí mismas; pero lamentablemente, el sueño las tiene que separar.

Un alma que despierta en un cuarto frío a la luz del alba, sola.

Un alma que despierta en una habitación junto a otra alma, que conoce de toda la vida, aún así es totalmente desconocida para ella, despierta al sonido de la lluvia.

Un alma que atribuye todo a un sueño extraño, algo que no es posible, se rinde para complacer a la otra alma desconocida.

Un alma que sigue con su vida solitaria, la cena de la noche anterior le sentaría mal, supone.

Dos almas que salen al mundo, no saben lo que encontraran allá afuera, están expectantes.

Dos almas que siguen con sus vidas aburridas y cotidianas, en la rutina que nunca finaliza.

Dos almas que sueñan de día, que nunca olvidaran su encuentro nocturno, aunque fuera producto de sus mentes.

Dos almas que divagan despreocupadamente por la calle, a través de la lluvia, con desconcierto se ven la una a la otra, teniendo un extraño sentimiento de nostalgia.

Dos almas que siguen su camino, cada una por su lado, diciéndose a sí mismas que están imaginando cosas.

Dos almas que estaban destinadas a estar juntas, pero nunca se mezclarían.

Dos almas que nunca se podrán diluir juntas en el mar oscuro que soñaron.

Dos almas que nunca podrán ser libres.

Dos almas que nunca se podrán hundir juntas.

Claroscuro.

He llegado a este punto una vez más, en realidad nunca dejo de hacerlo; el punto donde ya no puedo negar que me siento solo, que aún así este solo, debería disfrutarlo.

No funciona tan bien como parece.

No puedo evitar sentirme aburrido por mí mismo, que haga lo que haga, no puedo alejarme de la rutina diaria, lo cual lleva a la apatía que siento por mi vida.

Y por supuesto, ella nunca se fue, creí que ya la había olvidado por completo, pero no es así, siempre vuelve. Nunca la olvido a ella…, aunque diga que lo he hecho.

Días y días continuos de “Oh, miren la hora” para luego moverme a otro nivel del aburrimiento.

Alguien me dijo “Tienes que ver una vida más allá de ella” ¿Cómo puedo hacerlo si ella siempre esta en el camino? Estoy seguro que si leyera esto, no supiera que es para ella, y si lo supiera, no le importaría. Yo solo soy otro de muchos intentos fallidos. La verdad es que a nadie le importa, porque nosotros no somos nadie en realidad.

Ella es feliz a veces, tal vez debería hacer lo mismo…, al fin y al cabo, ¿qué mejor compañía que yo mismo?

Esa sola ironía me da acidez.

Pero de alguna manera debo seguir adelante, esperar lo mejor. Tal vez cambie mi mente, tal vez alguien más la hará cambiar. Un futuro me espera, con nuevas personas, con nuevas experiencias y nuevas sensaciones.

Tal vez ella cambie de opinión, por no perder la esperanza.

Pero hasta entonces, debo dejar ir lo que pueda del pasado, mis ecos, mis fantasmas de lo que he hecho y empezar a fabricar unos nuevos.

Quién sabe, a lo mejor y consigo a alguien que me compadezca. No, ya muchos me compadecen. Alguien que comparta mi situación, que la comprenda.

Al final, todo termina siendo gracias a mí, yo mismo me lo busco, por no ser más atento y más rápido, por no prestar atención.

Escribo esto solo para calmarme, para al menos saber lo que siento, y no vivir en la duda; sin embargo, siempre viviré en la duda sin saber que hubiera pasado de haber cambiado algo.

Haber cambiado algo en una vida que se ha tornado de un color claroscuro.

Aguas de la incertidumbre.

El agua vuelve a estar fría.

Me desperté cuando una gota cayó sobre mi nariz, desde el techo tal vez.

A puertas cerradas; las breves brisas inundaban el cuarto, no sé de dónde venían, pero en realidad no me importaba en ese momento. “Suele pasar” me dije a mí mismo.

“El suelo está silencioso, todo está calmado, creo que estoy solo en la casa.”

La iluminación en mi cuarto siempre había sido uniforme, o estaba muy oscuro o estaba muy brillante. Pero nunca la había visto en luz tenue, se veía pacifica. Me paré del piso lentamente, cuidando de que no me diera vértigo por pararme muy rápido.

No funcionó, todo se ve borroso por un momento. Despejo mi cabeza, me limpio la gota de la nariz.

¿Qué hacia en el piso? Probablemente me quedé dormido allí, no es la primera vez que me quedo dormido donde sea; empecé a caminar a la sala

Confirmé que estaba solo al ver la sala tan vacía como cuando mis padres salen a cenar, con la misma luz tenue de mi cuarto. Las ventanas estaban cerradas y se veían grises, como si hubiera una tormenta, pero no había ruido. Solo silencio.

Sentí que llevaba días durmiendo… Recordé que no cargaba mi celular conmigo (como la mayoría de las personas, mi teléfono se había vuelto una parte vital de mi vida), volví a la habitación para buscarlo. Se veía más sola desde el marco de la puerta, considerando que el único que estaba allí era yo.

Lo encontré sobre la cama, esperando encontrar un mensaje. A lo mejor de mis padres indicándome donde estaban...

Nada. Introduje el teléfono en mi bolsillo mientras apagaba su pantalla.

En ese momento, lo oí. Un portazo, definitivamente.

Venia de la puerta de atrás.

Aunque no noté si venía luz de atrás cuando estaba en la sala, la puerta estaba cerrada. Traté de abrirla. A cal y canto, estaba cerrada con llave.

Un frío recorrió mi espalda cuando recordé que nunca había visto la llave a esa puerta, es más, creo que nunca la cerraron más que con la mano.

En ese momento me sentí más solo que nunca.

“Un momento…si las puertas están cerradas y las ventanas también; ¿de dónde viene…?” Detuve mi pensamiento con mi repentino descubrimiento.

Volví a la sala corriendo, allí la puerta estaba cerrada, normalmente la llave estaría puesta en la ventana, pero no estaba allí. La brisa rozó gentilmente mi cuello, fue desagradable.

Empecé a dudar de mí mismo.

Observé la casa desde el marco de la puerta, todo parecía estar igual, lo único extraño era la iluminación claroscuro que llenaba la casa. Justo cuando me di la vuelta, buscando la fuente de las brisas que fueron mi descubrimiento, advertí algo más.

No sé cómo no lo vi antes.

Mi madre hace unos años decidió pintar todas las puertas con un marrón claro, para resaltar el color natural de la madera, a mi padre no le importó en lo absoluto.

Todas las puertas eran ahora de color negro.

Siendo un día normal como cualquier otro, no lo hubiera notado, pero había algo que me hizo verlo. Tal vez fuera la naturaleza de mi situación, no lo sé.

“Tengo que llamar a mis padres”

Marqué el número de mi madre rápidamente, siendo ella la que siempre contesta su teléfono en cualquier situación.




Nada, no contestó; marqué el número de mi padre.

Mi corazón cayó

Oí a Jimi Hendrix con su guitarra mas allá de mi habitación, allí estaba la habitación de mis padres.

Caminé lentamente por el pasillo, esperando lo peor. Un rectángulo macizo de negro me bloqueó el camino.

“Otra puerta oscura” Me estaban fastidiando; gire el picaporte.

Lo que hubiera dado por ver a mis padres viendo una película o regañándome por estar levantado tan tarde (asumiendo que era de noche) era inapreciable.

La cama con sabanas tan blancas y arregladas parecía salida de una película, una película de horror.

Al menos hay sonido en esas películas.

Con la iluminación tenue del resto de la casa, el silencio de la habitación era solo interrumpido por Jimi Hendrix y su estridente guitarra eléctrica. No era agradable que ese fuera el único sonido que había escuchado además de mis pasos y mi respiración en lo que habían parecido horas.

En la mesa de noche, junto con el teléfono sin forro de mi madre, el celular con estuche de cuero de mi padre estaba vibrando, respondiendo a mis repiques.

Detuve la llamada…, pero siguió sonando por otros diez segundos.

Lo tomé.

Al responder no dije nada, pero escuchaba una respiración débil del otro lado que me heló la sangre.

“¿P-papá…m-mamá…? Dije, a punto de romper a llorar.

Lo que escuché fue más allá de lo terrorífico, mas allá de algo que jamás hubiera sentido, era mucho más allá del miedo.

“Siempre has estado solo.” Me dijo la voz del otro lado de la línea, cortando la llamada.

Nunca había escuchado mi propia voz a excepción de haberla oído en una grabación.

Estaba seguro de que había perdido todo aquello a lo que se llama cordura, “No puede ser…tengo que estar soñando” Dije en voz alta.

Golpee la pared con mi cabeza 5 o 6 veces antes de desistir de mi incredibilidad.

Estaba seguro de que ya no había más nada. No sabía como había quedado solo, no sabía si alguna vez iba a escuchar otra voz o ver a otra persona en mi vida, no sabía si esto era solo una broma enferma o me estaba volviendo loco.

Un bulto me molestó cuando me senté en el suelo, derrotado. Mi celular, lo saqué frenéticamente, esperando conseguir una respuesta a todo este desastre.

Cuando por fin lo encendí lo primero que vi fue el reloj.

“0:00 / Sin señal” Era medianoche exactamente.

“¡Maldita sea!” Grité cuando lo tire al otro lado de la habitación de mis padres.

Después de unos 120 segundos analizando todo en derrota, tomé mi celular del suelo, la parte de atrás estaba mojada.

Revise la suela de mis zapatos que sufrieron el mismo destino de mi teléfono.

La brisa otra vez.

No sé porqué lo pensé, pero tenía razón. La casa se estaba inundando.

Corrí a la ventana tratando de abrirla con todas mi fuerza, nada. Me desesperé y tome una lámpara, impactandola contra la ventana.

No se quebró. Mis dudas fueron aclaradas cuando sentí el nivel del agua en mis talones.

El agua estaba fría.

Corrí, o al menos traté, hasta la sala. Tratando de abrir la puerta con el agua en mis rodillas, busqué la llave. No la encontré en la sala.

Con el agua en mi cintura fui al cuarto, busqué un gancho con que abrir la puerta. Subía con rapidez, me estaba quedando sin tiempo.

Mis gavetas estaban vacías, por supuesto. Grité con todas mis fuerzas con el agua en el tope de mi abdomen, frustrado al extremo humano. El agua comenzó a subir más rapido, rebasando más alla del alto de mi closet. Nadé frenéticamente, con mi cabeza en la superficie. El apartamento no era muy alto.

Buscaba el último ápice de aire para sobrevivir, pero ya no había salvación, estaba hasta el techo, nadé bajo el agua hacia el pasillo y observe la habitación de mis padres por última vez.

Allí en la profundidad, vi una figura oscura vigilándome parada a un lado de la ventana. Viéndome asfixiar y morir ahogado.

“Todos nacemos solos” Dijo, con mi voz.

Y con esas palabras, la muerte me abrazo con sus fríos brazos. Asfixiándome con incertidumbre.

Nuit.

Silencio.

Acostado en tu cama, observando a la oscuridad, esperas que el sueño te lleve, pero sabes que esta noche será imposible dormir.


Piensas en lo que puede estar pasando afuera de tu hogar.


Tal vez una chica linda fue invitada a una fiesta por los amigos de sus amigas, a vivir su vida adolescente, con la represión fallida de sus padres, sin remordimiento alguno.


Un hombre en otro lugar puede estar guardando los archivos en los que ha trabajado toda la noche en una carpeta virtual, apagando el sistema. Listo para ir a descansar en su propia casa que ha comprado como fruto de su esfuerzo.


A lo mejor un restaurante es cerrado, y una camarera por fin es libre de volver a casa con su hijo, que se ha quedado dormido esperándola.


Calma.


Solo oyes tu respiración en la habitación, unos ruidos aquí y allá, producto del viento.


“¿Qué seria lo peor que podría pasar esta noche?” Te preguntas.


A lo mejor la chica de la fiesta se encontró con su ex-pareja, a quien amaba tanto y la dejo por razones desconocidas, en un cuarto teniendo relaciones sexuales con su mejor amiga de la infancia; y para suprimir el dolor emocional fue a buscar alucinógenos potentes, los cuales consiguió en el baño.

El hombre trabajador pudo haber salido y olvidar su portafolio en la oficina, donde tuvo que tomar el ascensor y encontrarlo en su escritorio, el cual se abrió revelando sus papeles guardados en el suelo. En los papeles derramados en el suelo yace la foto de su esposa que murió de cáncer hace un año; el hombre suspira y sale en dirección a su automóvil.


La camarera podría haber salido del restaurante despreocupadamente, sin darse cuenta que estaba siendo seguida por un fugitivo de inmigración mexicano con antecedentes penales bastante serios. El cual le sigue todo el camino a su casa, con una .38 cargada con 3 balas en el tambor, escondida en su pantalón.


Y tú, recuerdas todo eso que te han contado para asustarte, todo lo que has leído en Internet sobre historias de terror y demás, esas que te dieron escalofríos al leerlas, las cuales te hicieron voltear una segunda vez la cabeza hacia atrás, asegurándote de que no había nada allí.


Sombras 


Tratando de despejar tu mente, los peores casos se te presentan como polvo en una mesa.


La chica linda pudo haber conseguido las drogas, en el desespero por olvidar esa imagen y la represión de sus padres, tomo una o dos pastillas de más lo cual le causo una sobredosis. Mientras estaba sola en el baño, nadie pudo haber escuchado sus esfuerzos por respirar a través de la espuma que salía de su garganta ni sus golpes débiles a la puerta; y al cabo de diez minutos, el dolor pudo haber tomado lo mejor de ella.


El empresario pudo haber conducido por un atajo a su casa en donde hay un cruce peatonal amplio y un desvío a un bar, donde al esperar el semáforo pensó en su esposa y lo felices que eran antes del diagnostico. Cuando la luz se tornó verde, un ebrio obrero salio con su camioneta del cruce al bar a toda velocidad, lo cual hizo al empresario golpearlo de costado, haciendo que saliera disparado de su asiento a través del vidrio. Habiendo causado una hemorragia y daño interno en el torso del empresario, el obrero aceleró por miedo a que lo inculparan del accidente, donde tendría que volver a la cárcel. Pudo haber dejado a la víctima de su estupidez ahogándose en arcadas por respirar. 
La camarera pudo haber sido tacleada por el fugitivo antes de siquiera llegar a su puerta principal, rogándole que se llevara lo que quisiera pero que no le hiciera daño, el hombre empieza a desvestirla furiosamente. Ahogada en sus propias lagrimas le ruega una última vez a su atacante por piedad, momento en el cual le introduce el revolver en su boca para callarla y empieza el acto despreciable que es propio a esta situación; luego de haberle causado un trauma psicológico y físico, le escupe en la cara. Habiendo sido marcada emocionalmente, su hijo la observa llorar en posición fetal en el césped. Sus ojos llenos de lagrimas de tristeza. 




Pero todas estas situaciones son producto de tu mente cansada por la falta de sueño.


Lo único que no es producto de tu mente son las garras oscuras que han apresado tus extremidades, arrastrándote a un mundo de dolor que nunca hubieras imaginado, que lograron atraparte a causa de tu insomnio. Mientras estabas enfrascado en tus pensamientos, te tomaron silenciosamente.


Es difícil dormir mientras piensas demasiado.

Vortex.


Una vez más me paro enfrente del lavabo, lo lleno de agua hasta el tope, y lo miro fijamente.

Por alguna razón, si lo miro demasiado es como si fuera a…ahogarme en él. Un ahogamiento que trae paz y calma.

Introduzco un dedo primero, luego otro y otro, hasta que toda la mano esta sumergida en el agua, cuelga por un momento, en el vacío de lo que parecen unas aguas tan profundas y tan frías como las del océano…

Por un momento, pareciera que todo el revuelo de afuera desapareciera como polvo en el aire, todo lo que nos hace humanos y animales, se desvanece.

Solo un alma diluida en el agua, silenciosa y calmada, nadando en un mar de sus propias memorias…





Todo termina, la mano se suelta tanto que choca con la superficie del lavabo suavemente, sin dolor.

Lo único que duele es el golpe de realidad que eso te proporciona, dándote a saber que solo eres una persona más con un lavabo que esta a punto de desbordarse de agua, en un baño vacío.

Que eres una persona más con obligaciones y problemas.

Suspiro, no arrepintiéndome de tomar esos cinco minutos de tranquilidad; quito el tapón para que el agua se drene. Me seco las manos y abro la puerta del baño, volviendo a mi vida de preocupaciones.