jueves, 26 de junio de 2014

Estrella de la noche.



Dos almas solitarias que se encuentran en un paradigma de la noche que nunca cambia, cuyo paisaje es la noche estrellada de una ciudad bulliciosa en silencio, por primera vez.

Dos almas desconocidas tanto de si mismas como una de la otra, nunca se han visto o se han escuchado, aún así, se conocen.

Dos almas heridas por la vida, y sus habitantes, heridas del amor, heridas de la soledad, heridas del miedo.

Dos almas que se ven la una a la otra y saben que el destino o algo más supersticioso los ha unido en el paradigma nocturno.

Dos almas que saben que se pueden ayudar una a la otra, que un desconocido es la mejor opción para compartir sus problemas.

Dos almas que se limitan solo al habla, sin ninguna clase de apariencias o sonidos más que la vista de las letras en el vacío que cada una produce.

Dos almas que se leen y se revelan ante tan poca información de si mismas.

Dos almas que se asimilan la una con la otra, que se comprenden y a la vez son diferentes.

Dos almas que ya no sienten la hipotermia de la falta de calor humano.

Dos almas que se encuentran tan cerca como si se pudieran mezclar y desaparecer en el fondo de un mar oscuro.

Dos almas que por primera vez se sienten cómodas y sin ningún tipo de presión externa.

Dos almas que se ríen de ironías de la vida que solo ellos entienden.

Dos almas que se empiezan a mover por el paradigma nocturno, sin ni siquiera preguntarse en donde están o qué hora es.

Dos almas que no se cansan de la compañía de sí mismas; pero lamentablemente, el sueño las tiene que separar.

Un alma que despierta en un cuarto frío a la luz del alba, sola.

Un alma que despierta en una habitación junto a otra alma, que conoce de toda la vida, aún así es totalmente desconocida para ella, despierta al sonido de la lluvia.

Un alma que atribuye todo a un sueño extraño, algo que no es posible, se rinde para complacer a la otra alma desconocida.

Un alma que sigue con su vida solitaria, la cena de la noche anterior le sentaría mal, supone.

Dos almas que salen al mundo, no saben lo que encontraran allá afuera, están expectantes.

Dos almas que siguen con sus vidas aburridas y cotidianas, en la rutina que nunca finaliza.

Dos almas que sueñan de día, que nunca olvidaran su encuentro nocturno, aunque fuera producto de sus mentes.

Dos almas que divagan despreocupadamente por la calle, a través de la lluvia, con desconcierto se ven la una a la otra, teniendo un extraño sentimiento de nostalgia.

Dos almas que siguen su camino, cada una por su lado, diciéndose a sí mismas que están imaginando cosas.

Dos almas que estaban destinadas a estar juntas, pero nunca se mezclarían.

Dos almas que nunca se podrán diluir juntas en el mar oscuro que soñaron.

Dos almas que nunca podrán ser libres.

Dos almas que nunca se podrán hundir juntas.

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