jueves, 26 de junio de 2014

Nuit.

Silencio.

Acostado en tu cama, observando a la oscuridad, esperas que el sueño te lleve, pero sabes que esta noche será imposible dormir.


Piensas en lo que puede estar pasando afuera de tu hogar.


Tal vez una chica linda fue invitada a una fiesta por los amigos de sus amigas, a vivir su vida adolescente, con la represión fallida de sus padres, sin remordimiento alguno.


Un hombre en otro lugar puede estar guardando los archivos en los que ha trabajado toda la noche en una carpeta virtual, apagando el sistema. Listo para ir a descansar en su propia casa que ha comprado como fruto de su esfuerzo.


A lo mejor un restaurante es cerrado, y una camarera por fin es libre de volver a casa con su hijo, que se ha quedado dormido esperándola.


Calma.


Solo oyes tu respiración en la habitación, unos ruidos aquí y allá, producto del viento.


“¿Qué seria lo peor que podría pasar esta noche?” Te preguntas.


A lo mejor la chica de la fiesta se encontró con su ex-pareja, a quien amaba tanto y la dejo por razones desconocidas, en un cuarto teniendo relaciones sexuales con su mejor amiga de la infancia; y para suprimir el dolor emocional fue a buscar alucinógenos potentes, los cuales consiguió en el baño.

El hombre trabajador pudo haber salido y olvidar su portafolio en la oficina, donde tuvo que tomar el ascensor y encontrarlo en su escritorio, el cual se abrió revelando sus papeles guardados en el suelo. En los papeles derramados en el suelo yace la foto de su esposa que murió de cáncer hace un año; el hombre suspira y sale en dirección a su automóvil.


La camarera podría haber salido del restaurante despreocupadamente, sin darse cuenta que estaba siendo seguida por un fugitivo de inmigración mexicano con antecedentes penales bastante serios. El cual le sigue todo el camino a su casa, con una .38 cargada con 3 balas en el tambor, escondida en su pantalón.


Y tú, recuerdas todo eso que te han contado para asustarte, todo lo que has leído en Internet sobre historias de terror y demás, esas que te dieron escalofríos al leerlas, las cuales te hicieron voltear una segunda vez la cabeza hacia atrás, asegurándote de que no había nada allí.


Sombras 


Tratando de despejar tu mente, los peores casos se te presentan como polvo en una mesa.


La chica linda pudo haber conseguido las drogas, en el desespero por olvidar esa imagen y la represión de sus padres, tomo una o dos pastillas de más lo cual le causo una sobredosis. Mientras estaba sola en el baño, nadie pudo haber escuchado sus esfuerzos por respirar a través de la espuma que salía de su garganta ni sus golpes débiles a la puerta; y al cabo de diez minutos, el dolor pudo haber tomado lo mejor de ella.


El empresario pudo haber conducido por un atajo a su casa en donde hay un cruce peatonal amplio y un desvío a un bar, donde al esperar el semáforo pensó en su esposa y lo felices que eran antes del diagnostico. Cuando la luz se tornó verde, un ebrio obrero salio con su camioneta del cruce al bar a toda velocidad, lo cual hizo al empresario golpearlo de costado, haciendo que saliera disparado de su asiento a través del vidrio. Habiendo causado una hemorragia y daño interno en el torso del empresario, el obrero aceleró por miedo a que lo inculparan del accidente, donde tendría que volver a la cárcel. Pudo haber dejado a la víctima de su estupidez ahogándose en arcadas por respirar. 
La camarera pudo haber sido tacleada por el fugitivo antes de siquiera llegar a su puerta principal, rogándole que se llevara lo que quisiera pero que no le hiciera daño, el hombre empieza a desvestirla furiosamente. Ahogada en sus propias lagrimas le ruega una última vez a su atacante por piedad, momento en el cual le introduce el revolver en su boca para callarla y empieza el acto despreciable que es propio a esta situación; luego de haberle causado un trauma psicológico y físico, le escupe en la cara. Habiendo sido marcada emocionalmente, su hijo la observa llorar en posición fetal en el césped. Sus ojos llenos de lagrimas de tristeza. 




Pero todas estas situaciones son producto de tu mente cansada por la falta de sueño.


Lo único que no es producto de tu mente son las garras oscuras que han apresado tus extremidades, arrastrándote a un mundo de dolor que nunca hubieras imaginado, que lograron atraparte a causa de tu insomnio. Mientras estabas enfrascado en tus pensamientos, te tomaron silenciosamente.


Es difícil dormir mientras piensas demasiado.

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